#12. No pasa nada si no sale
A veces, ser cabezón solo te sirve para darte una hostia detrás de otra, y eso frustra: mucho.
Vivimos en un momento en el que todo tiene que ser aquí, ahora, ya. Por descontado, esto (también) aplica a nuestros perros. Y se contagia, estés entrenando para subir a grado 3 de cualquier deporte, esforzándote por entender y gestionar una conducta reactiva de tu perro o, simplemente, enseñando a pasear a tu cachorro.
Hay que entender que hay días y días, que es otra forma de decir que hay millones de variaciones en el contexto, en el flujo de conducta, en lo que hiciste ayer, en tu estrés, en las hormonas, y un larguísimo etcétera de variables.
Esto es lo que los analistas de conducta llaman variables moduladoras, es decir, elementos que afectan a la aparición o no aparición de la conducta, así como a la forma en la que esta aparece (o no aparece). El estrés, el cansancio, el estado emocional van a influir en cómo te relacionas con tu perro, y él contigo, y en cómo ambos vivís las experiencias diarias.
Si tú estás bien, estará bien; si algo no sale, no pasa nada (ya saldrá). Así es como las personas llegamos a los objetivos tras un bloqueo, no siempre funciona ser el más cabezón (o cabezona) del barrio. A veces, ser cabezón solo te sirve para darte una hostia detrás de otra, y eso frustra: mucho.